Tras la venta de la Ciudad Deportiva de la Castellana, el Real Madrid se vio obligado a abandonar el Pabellón Raimundo Saporta y a buscarse una nueva casa. Tras mucho tiempo y muchas dudas, el equipo blanco decidió alquilar el Palacio de Vistalegre sin estar muy convencido. Sin embargo, los llenos en casi todos los partidos y la ligera mejoría experimentada por el equipo en los últimos años demostraron que fue todo un acierto.
El Palacio de Vistalegre es una Plaza de Toros en el distrito madrileño de Carabanchel. Su gran capacidad (15.000 espectadores) lo convertieron en un feudo inexpugnable para los rivales en el que el Real Madrid jugó 6 temporadas hasta que un nuevo convenio con el Ayuntamiento por parte del club produjo el traslado al barrio de San Fermín.